jueves, 27 de octubre de 2011


La producción transgénica e industrial altera el sabor de los alimentos




Que la producción de alimentos orgánicos es más amable con el medio ambiente y hasta con la salud de las personas no es novedad. Y cualquier persona que haya comido una fruta que fue cultivada sin agroquímicos sabe que los mismos tienen un sabor superior.
Pero un artículo en el diario Clarín señala que, en efecto, ciertos tipos de alimentos como el tomate y la carne están perdiendo sus sabores originales a medida que cambia su forma de producción.
La nota cita a profesionales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina que señalan las causas de este cambio. En el caso de los tomates, el cultivo de especies nativas como el tomate platense fue reemplazado por variedades transgénicas que tienen un aspecto más prolijo, mayor dureza (no se ponen blandos rápido) y un mayor rendimiento (una planta de tomate híbrido rinde 20 kilos mientras que una nativa unos 6).
El problema es que su sabor es una mezcla entre ácido y dulce diferente al del tomate tradicional, y existen dudas sobre la equivalencia de su valor nutricional.
Del lado de la carne, los profesionales explican que cuando las vacas pasan de ser criadas en pastoreo a un feedlot, aumenta la proporción de aceites de cereales u oleaginosas en su dieta y la carne empieza a parecerse a la del cerdo. Además, la carne proveniente de vacas criadas en pastoreo contiene Omega3, ya que es un componente del pasto.
En lo que refiere al pollo, desde el INTA señalan que las aves criadas actualmente tienen menos grasa, y como caminan menos tienen menos tonicidad en los músculos y retienen más agua, que se pierde en el momento de la cocción. Todo ello hace que su sabor también se vea alterado.
¿Qué opinan ustedes? ¿sienten el cambio del sabor en la comida?

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